Desde el ámbito sanitario, la
intervención sobre la sospecha de maltrato infantil comprende:
• Tratamiento de las lesiones y sus secuelas físicas.
• Establecer
medidas protectoras en caso de sospecha de riesgo de contagio ( inmunización , tétanos,
hepatitis B, tratamiento profiláctico de enfermedades infecto contagiosas o
lesiones físicas, controles serológicos de enfermedades de transmisión sexual).
• Establecer
medidas de prevención de embarazo secundario a agresión sexual.
• Asegurar
el tratamiento emocional- psicológico remitiendo al niño a centros de salud mental
infantojuvenil.
•
Coordinarse con los servicios sociales de la zona, respetando las respectivas áreas
de trabajo, facilitando la comunicación, la toma de decisiones colegiadas, realizando
informes periódicos del estado de salud física del niño.
•
Seguimiento de la familia y el niño para el tratamiento de las crisis
(secuelas, repetición del
maltrato,
problemas de salud asociados).
Recomendaciones:
• Realizar
intervención preventiva terciaria, tal como la referida en el epígrafe de prevención
secundaria.
• Procurar la atención al grupo familiar, adoptando medidas
terapéuticas oportunas (frente al alcoholismo, toxicomanías, trastornos
psiquiátricos, planificación familiar, etc.). Se valorará el remitir a las
familias a grupos de ayuda mutua, educadores familiares o psicoterapeutas como
apoyo a la familia.
• Favorecer la atención del menor en su propia familia,
siempre que ello sea posible y así de
esta manera ir procurando la participación
de los padres y familiares próximos en el proceso de normalización de su vida
social.
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